07/03/2007
Las pulsaciones de Luz y amor provenientes de Dios.
Desde el centro del corazón de Dios la tierra esta recibiendo pulsaciones de luz, es una frecuencia fuerte, renovadora y transformadora manifestada como pulsaciones rítmicas, latidos intensos de amor, de luz.
Esas frecuencias están trasladando a la tierra a un lugar en el universo donde se conjugan las mas altas vibraciones, un lugar donde los planetas y los seres conviven en una hermandad de luz, de armonía, compartiendo los conocimientos y la tecnología en amor, para el servicio del resto de los universos. Ese es el proceso conocido como ascensión; una profunda transformación de la frecuencia vibratoria de la vida responsable del planeta y por consiguiente un cambio en la forma en que se crean las realidades en las que se habita.
Estas mismas pulsaciones las estamos recibiendo nosotros, todos los seres que habitamos este planeta, ya que estamos totalmente ligados a la tierra, a Gaia, en este proceso. Inclusive, los trabajadores de luz fueron los primeros impulsores del planeta, los que sembraron las semillas para que estas frecuencias, en el momento en que comenzaran a llegar al planeta pudieran penetrar totalmente las rejillas y destruir la densidad. Es un trabajo que se ha venido haciendo desde hace muchos años, primeramente los trabajadores de luz concientemente decidieron comenzar la transformación del planeta asumiendo mucha de la densidad que la cubría; ya que tenemos la capacidad para transmutarla, sabemos concientemente transformar la ignorancia en información, la oscuridad en luz, esa es nuestra labor y no es la primera vez que la realizamos.
La tierra y nosotros, estamos unidos recibiendo información, pulsaciones de luz transformadora, renovadora, desplazándonos a través de las dimensiones hacia una nueva realidad, una nueva conciencia, un nuevo amanecer.
Todo esta bien, todo es como debe ser.
Inclusive los cambios físicos que se llegaran a presentar en la superficie de la tierra son necesarios y son parte de esta transformación. No hay nada que temer.
Al igual que la Tierra podemos trabajar concientemente con estas energías renovadoras para liberar nuestros cuerpos de toda la densidad que hemos acumulado a lo largo de tantos siglos de servicio amoroso en el planeta tierra. Es el momento ideal! Pues estas pulsaciones poseen un sello renovador increíblemente amoroso, pero al mismo tiempo fuerte, tan fuerte que es difícil evitarlo, el hacerlo, solo podría acarrearnos desequilibrios emocionales o físicos, pues en esta transformación es necesario fluir alegremente, dejarse llevar sin aferrarse a nada que pertenezca al pasado.
Toda esa densidad de tantas vidas en servicio e inclusive de esta vida presente, se acumula en nuestros cuerpos tanto de luz como físico.
En el cuerpo de luz se manifiesta como una acumulación de energía de frecuencia baja que imposibilita el flujo del amor proveniente de nuestro ser superior y tiene repercusiones en nuestros sentimientos, provocando emociones tristes, pena sin motivo aparente, fuertes depresiones o ataques de ansiedad, recuerdos constantes de eventos pasados que no podemos sanar y dejar ir. Eso es porque están ahí, atascados en las rejillas de nuestro cuerpo de luz impidiendo el flujo de la energía.
En el cuerpo físico, se manifiesta como dolencias constantes sin aparente mejora, dolores de cabeza constantes, fuertes y frecuentes, estreñimiento, alergias o gripas frecuentes, dolores en las articulaciones o artritis, colitis y gastritis. Esto se debe a que la densidad esta atrapada en las células, imposibilitándolas de cumplir sus funciones amorosoramente. Todo aquello que no se ha sanado en las emociones y el cuerpo de luz repercute en nuestras células, en nuestro cuerpo y de esa forma tienen una manifestación como enfermedad. Es la forma en que nuestras células nos alertan: “Oye! No puedo funcionar con tanta densidad, pon atención!”
A medida que se están recibiendo estas pulsaciones (en estos días están especialmente altas, la tierra justo ahora brilla como un sol!) la tierra las recibe y las asimila, transformando y sanando lo que ella considera necesario. La tierra tiene el control en ese aspecto, pues es su cuerpo y su conciencia lo que esta en renovación. De esa forma, nosotros podemos, a la par de la tierra, sanar nuestras emociones pendientes atascadas en nuestros cuerpos, tenemos la misma capacidad.
Esta energía o pulsaciones de luz renovadora, se manifiesta a nivel de nuestra conciencia como oleadas de intensa alegría repentina, como una fuerza que nos impulsa a estar activos y en movimiento. Oleadas de energía que se mueven a lo largo de nuestra columna, se sienten como pequeños toques eléctricos! Es vida, es alegría! Es como un maremoto de emociones muy intensas y maravillosas de confianza, alegría y amor, la sensación de que algo emocionante esta por suceder.
Vamos a trabajar en nosotros, empleemos las pulsaciones de Luz para sanar y limpiar.
Concientemente, al sentirla (incluso si no la sientes, basta la intención) podemos dirigir esta energía a nuestros cuerpos, ordenando la sanacion de toda la densidad pendiente que se encuentre atascada. Para eso, tenemos que tener la verdadera intención de dejar ir, de soltar todo lo que pertenece al pasado. Hey! No importa si perdemos la memoria! Solo serán memorias que no nos funcionan mas en nuestra nueva conciencia las que se irán y quedaremos limpios, como recién lavados.
Dirigimos esta energía, le pedimos a nuestro Ser Superior que limpie todo aquello que estorba el flujo de la energía proveniente de El, visualizamos nuestro cuerpo de Luz como una rejilla que es lavada y limpiada por este flujo de energía amorosa, como si fuera un gran chorro de agua limpia. Visualizamos nuestras células, nuestro cuerpo físico, recibiendo este chorro de luz a través de nuestra coronilla y fluyendo a través de nuestra columna vertebral hacia el resto del cuerpo a través de pequeños canales de luz. Nuestro cuerpo de Luz y nuestro cuerpo físico se funden como uno y comenzamos a sentir una intensa vibración, sentimos ese latido, esa pulsación de luz en cada célula, en cada parte de nuestro cuerpo.
Tomemos un momento para experimentar las emociones. Es una alegría muy intensa que fluye por todo nuestro cuerpo y nuestra conciencia!
Ahora, tomemos un momento para expresarle a nuestro cuerpo cuanto le amamos, cuanto le valoramos y cuan agradecidos estamos por permitirnos experimentar la vida mediante el. Nuestras células vibraran en alegría al hacer esto!
Poco a poco, con nuestra firme intención de sentirnos bien, de recordar nuestro origen amoroso como seres de luz, seremos libres de todas esas cargas emocionales del pasado, pues las liberaremos amorosamente y haremos espacio para lo nuevo.
Ya no es momento para sentir pena por lo pasado, ya no es momento para sentir pena por nosotros mismos y tomar el papel de victima. Todo en su momento fue necesario y fue parte de lo que acordamos vivir para aprender, así que cambiemos esa idea de victima, cambiémosla por un sentimiento de satisfacción por un trabajo bien hecho!
Concientemente demos el siguiente paso, el paso a la nueva conciencia, a aquella conciencia de unidad que realmente siempre nos perteneció y que solo olvidamos por un momento, por un segundo de esta maravillosa eternidad.
Demos ese salto con alegría! Manifestemos en el ahora todo lo que realmente somos, todo lo que siempre hemos sido! AMOR! LUZ! ALEGRIA!
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