Traducido del inglés por Sandra Gusella
Queridos niños humanos,
Soy la Tierra hablándoles a ustedes. Yo soy vuestra madre y los llevo en mi regazo durante toda vuestra vida. Ustedes son abrigados por mí, incluso si no son conscientes de eso y están demasiado ocupados y metidos en sus asuntos diarios. Yo los sostengo y los invito a conectarse conmigo, mientras deseo agitar vuestros recuerdos y hacerles recordar algo. Es acerca de algo antiguo y precioso que en el mundo moderno parece haberse olvidado. Se trata de la natural seguridad de estar en la Tierra.
Para recordar la seguridad natural de ser, ustedes pueden mirar toda la naturaleza que los rodea. Observen las estaciones, cómo ellas van y vienen por sí mismas, miren las plantas y los animales llevando a cabo sus vidas diarias, escuchen el susurro del viento o el murmuro del agua. De este modo ustedes brevemente recuerdan que las cosas más importantes en la vida suceden automáticamente, como resultado de la naturaleza yendo por su curso. La naturaleza está por todos lados a vuestro alrededor y está en ustedes también, porque ustedes también tienen una naturaleza en ustedes y es parte de la naturaleza como un todo.
Especialmente en el Oeste, ustedes se han vuelto tan orientados a vivir desde vuestras cabezas que han olvidado que son seres naturales, como las plantas y los animales. Miren a los animales, cómo ellos naturalmente se rinden a la vida. Ellos casi no pueden hacerlo de otra manera. Ellos conocen las emociones tales como el miedo y la resistencia, pero ellos no pueden oponerse a la vida tanto como pueden hacerlo los humanos. Los seres humanos por medio del pensamiento excesivo pueden crear una jaula para su propia naturaleza y eso luego de un tiempo causará problemas. La vida no puede ser organizada y controlada por el pensamiento humano. Las fuerzas fundamentales de la naturaleza son más vastas que eso. Tarde o temprano ustedes lo descubrirán. Habrá un momento en el cual tendrán que rendirse a la naturaleza.
A menudo ustedes alcanzan tales momentos a través de una crisis, una situación en la que se atascan y que les pide que suelten el control, porque ya no tienen más agarre sobre las cosas dentro o fuera de ustedes. Soltar el control duele y puede ser una lucha. Aún así los traerá a casa. Ustedes piensan que están perdidos y ahogándose en el caos, pero en realidad se están acercando a la seguridad natural del Ser mismo. La vida los sostiene y los ama. Las crisis con frecuencia parecen ser crueles e injustas, pero en verdad ellas siempre acarrean dentro la invitación de la naturaleza, o si quieren de Dios, que les dice: “vengan a casa, regresen a mí”. Hay una mano que guía dentro de la crisis, la cual busca apoyarlos y mostrarles el camino.
Todos ustedes quienes leen esto están en el viaje interior hacia la totalidad y la consumación del ser. Están buscando llevar su alma a la vida en un cuerpo humano de carne y hueso. En este camino ustedes pasan por diferentes etapas. El alma se encarna – o desciende dentro – del cuerpo en diferentes etapas. Cuando ustedes recién habían comenzado el viaje interior, probablemente llegaron a ponerse al corriente de esto a través de su cabeza. Por ejemplo, ustedes pueden haberse sentido atraídos por ciertos libros o personas quienes arrojaron una luz diferente sobre ideas y valores que siempre tomaron como admitidos. Ustedes pueden sentirse sacudidos por sus nuevos pensamientos, y aún así extrañamente atraídos hacia ellos. Les fascinará leer y escuchar más acerca de eso. Liberarán algunas de las estructuras más rígidas de vuestro pensamiento y se abrirán a algo nuevo. Leer y hablar con personas de otra mentalidad pueden ser incentivos que los ayudan en el proceso. Así es como el viaje interior comenzará para muchos. Ustedes devoran los libros espirituales como sus comidas. En lo profundo dentro de ustedes algo quiere despertar y cambiar, y esto primero se traduce como la necesidad de una nueva forma de pensamiento.
Luego de un tiempo ustedes comienzan a añorar algo más. Empiezan a pensar: bien, yo entiendo de lo que ellos hablan en esos libros pero ahora ¿cómo aplico todo esto a mi propia vida? ¿Cómo se le da vida a este conocimiento y cómo lo traduzco verdaderamente a mis sentimientos y acciones en la Tierra? Estas preguntas pueden rondarles y llevarlos a la desesperación, pero ustedes no pueden forzar la vida. Sin embargo en cierto momento algo sucederá en vuestras vidas que los ayudará a dar el salto desde la cabeza al corazón. Con frecuencia es algún tipo de crisis. Pueden ocurrir cambios en el área del trabajo, de las relaciones, de la salud o la pérdida de un ser querido. Sea lo que sea, en un determinado momento surgirán sentimientos dentro de ustedes que serán tan intensos que no podrán ser ignorados. Ustedes tienen que aceptarlos y permitir que la transformación se lleve a cabo. Aquí es cuando vuestra alma encarna más profundamente dentro de vuestro corazón.
En un comienzo vuestra alma había descendido a vuestra cabeza, inspirándolos a asimilar nuevas ideas a través de libros, charlas, etcétera. Luego el alma golpea a vuestra puerta en un nivel más profundo, el nivel de los sentimientos. Ustedes conocerán capas de emociones que nunca antes supieron que existían. Las crisis estimulan esto; harán que viejas emociones de la infancia vengan a la superficie, tal vez incluso recuerdos de otras vidas. Explorarán estas capas de emociones y así es como el centro del corazón se abre. Vuestra alma encarna incluso más profundamente, llenando el chakra del corazón con su energía.
La transformación que tiene lugar en esa etapa puede dar surgimiento a varias complicaciones. Ustedes comienzan a mirar al mundo con otros ojos y sus relaciones con los demás también cambian. Adentro en lo profundo despierta la conciencia de la unidad. La conciencia de la unidad significa que ustedes comprenden que todos nosotros, los hombres, los animales, las plantas, la naturaleza, estamos todos juntos sostenidos por una fuerza divina, y que estamos unidos unos con otros, cada uno como un espejo del otro. Esta conciencia puede ser abrumadora y para muchos de ustedes el cambio de la cabeza al corazón genera una gran sensibilidad interior. Esta elevada sensibilidad puede crear desequilibrios. Los límites con los demás se borran, ustedes pueden asimilar una gran cantidad del componente emocional de otras personas sin saber cómo liberarlo y vuestros estados de ánimo pueden ir desde muy arriba a muy abajo. Sin embargo, el salto de la cabeza al corazón, aunque esencial y poderoso, no es la última etapa en la encarnación del alma. El alma quiere descender incluso más profundo, dentro del vientre.
Cuando el alma ha descendido al nivel de vuestro corazón, ustedes han despertado parcialmente. Son conscientes de sus sentimientos, se atreven a observar sus emociones, están preparados para ir hacia adentro y enfrentar sus heridas internas. Pero ustedes también se sienten debilitados por su alta sensibilidad y por la inestabilidad que surge debido a esto. Debido a que vuestro corazón está tan colmado de sentimientos, por momentos ustedes pierden su arraigo, y esto puede ser difícil. Esto les sucede a muchos de ustedes. Cuando el centro del corazón está radicalmente abierto, vuestra sensibilidad puede llegar a ser demasiado para ustedes y ustedes pueden querer apartarse del mundo. Ustedes ya no se expresarán más creativamente porque todo es demasiado y muy abrumador. Esto puede hacerlos sentir ansiosos y exhaustos.
La respuesta a este problema no es ir hacia atrás hacia vuestra cabeza. La respuesta está en su vientre. Ustedes están listos para el próximo paso en el proceso de la encarnación del alma: la transición del corazón al vientre. El alma quiere fluir incluso más profundamente dentro de vuestro cuerpo. En el centro de su abdomen hay un espacio o punto de silencio. Vayan ahí con su consciencia ahora mientras yo hablo. En ese espacio no hay idioma, ni pensamiento, ni conceptos. Ustedes pueden oír el susurro de las hojas en el viento o el sonido del batir de las olas. Esos sonidos pueden ayudarles a volverse conscientes del silencio que hay en ese centro.
En este nivel vuestro conocimiento espiritual y sentimiento se vuelve instintivo, o como uno podría llamarlo, una segunda naturaleza. No hay más necesidad de pensar o incluso de sentir. Se hace presente un profundo conocimiento desde el cual ustedes actúan y la vida fluye hacia ustedes fácilmente. Vuestra alma entonces se ha vuelto su naturaleza, ha descendido al nivel de la conciencia instintiva. ¡Esto les da el equilibrio que necesitan! Ustedes pueden permanecer centrados y calmos en medio de un entorno demandante y turbulento. Vuestro centro de los sentimientos (vuestro corazón) quiere conectarse con su vientre, para de este modo estar verdaderamente arraigado y para que ustedes se sientan a salvo en la Tierra.
Visitemos ahora ese lugar en su vientre. Confíen en que está ahí. Díganle a su alma que es bienvenida ahí. Permitan que vuestra alma fluya desde vuestra cabeza, inspirando vuestro pensamiento, hacia su corazón, irradiando amor y bondad, hacia su vientre, dándoles confianza, autoestima, un profundo conocimiento interior de que ustedes son quienes son y de que son hermosos como son. Sientan su abdomen abriéndose a ustedes. Sientan cómo la luz dorada de su alma fluye hacia abajo hacia vuestro chakra raíz y se conecta conmigo, la Tierra. Vayan adentro a lo profundo. Sean el centro de silencio y sepan que desde ahí vuestra elevada sensibilidad se equilibrará con paz y tranquilidad. En este estado equilibrado, ustedes sabrán cómo poner límites alrededor de vuestros sentimientos. Sabrán cuándo abrirse y cuándo mantener distancia, permaneciendo cerrados a ustedes mismos. Ustedes determinan cuándo decir “sí” y cuándo decir “no”, cuándo conectarse y cuándo soltar. La clave está en vuestro vientre.
Para ayudarles a conectarse con este centro, yo les sugiero que imaginen a un animal que representa el poder interior que reside en su abdomen. Tomen el primer animal que venga a su mente. Recuerden, los animales son unas criaturas muy espontáneas, ellos viven desde sus instintos, sus reflejos naturales. Este animal refleja su conocimiento interior instintivo. Ya está ahí. Los está esperando. No necesitan crearlo, sólo necesitan verlo y reconocerlo. Inviten a este animal a acercarse a ustedes, díganle hola y mírenlo a los ojos. Ahora pregúntenle si tiene un mensaje para ustedes, que les ayude a descender más profundamente dentro de vuestro vientre.
Dejen que al animal hable. El animal encarna la sabiduría de lo instintivo y ustedes pueden recibir esa sabiduría, porque ustedes tienen una cabeza y un corazón. Ustedes pueden sentir y articular esa sabiduría. Esa es la belleza de la cooperación entre la cabeza, el corazón y el vientre. Ninguno de ellos es mejor o superior que el otro. Más bien es su cooperación equilibrada lo que los hace totales y completos. Vuestra cabeza puede darles mucho placer. Pensar puede ser útil y divertido. Les da la oportunidad de comunicarse con los demás, mientras provea un idioma común. El corazón ofrece la posibilidad de experimentar alegría y todo el rango de emociones humanas que comprende la vida. Es un don hermoso. El vientre les da vuestro cimiento, vuestro “yo”, si es esa la palabra adecuada. Les permite realmente ser ustedes, firmes y arraigados, trazando vuestros propios límites y usando vuestro discernimiento. Desde esta base, la interacción con vuestro corazón y vuestra cabeza se vuelve un juego alegre. Si estas tres capas están alineadas unas con otras, ustedes se sienten completos, y la vida en la Tierra es digna de ser vivida. Puede estar llena de inspiración, amor y felicidad. Ustedes pueden rendirse a lo que los emociona y los inspira, mientras al mismo tiempo no pierden vuestras bases, vuestro punto interior de silencio. Pueden permanecer cerca de ustedes mismos, y al mismo tiempo dar y recibir libremente lo que la vida les ofrece.
Los saludo. Mi amor y compasión siempre está cerca de ustedes. Yo estoy jugando este juego junto con ustedes y soy parte de él. Ustedes como seres humanos son hermosos y ricos. Tengan fe en la belleza y en el poder de los instrumentos disponibles para ustedes, los instrumentos de pensar, sentir y ser.
Los amo.
© Pamela Kribbe 2009
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